Distinguiremos cuatro fases
1.- La mecánica
Primero aprenderemos la parte la mecánica del juego. Esto quiere decir que, en primer lugar, leeremos las instrucciones completas una primera vez, para comprender el secreto del juego y, también, para saber si conocemos, o si son de nuestro agrado, las técnicas necesarias para poder realizarlo.
Ahora bien, si se trata de un juego que hemos comprado en una tienda de magia, es una buena idea leer las instrucciones completas, antes de abrir el envoltorio.
A veces, si abrimos el material sin haber leído las instrucciones nos cargamos el juego, porque tiramos de un hilito que no debemos, o porque al abrir la carterita, resulta que lo hacemos por el lado donde está la trampa y destruimos el juego.
En este caso, una vez que ya sabemos qué podemos esperar del material lo abrimos y lo miramos hasta familiarizarnos con él. Seguidamente, con ayuda de las instrucciones, tratamos de hacer el juego. Una vez que nos salga, dejamos las instrucciones aparte y lo hacemos hasta que seamos capaces de hacerlo al menos tres veces seguidas sin dudas ni fallos.
Bien, ya dominamos la mecánica.
2.- La fase del guión
En esta fase ensayamos o, al menos, probamos qué es lo que vamos a decir. Es muy importante, es como contar un cuento o un relato y esto creará la atmósfera adecuada. Piensa en que hacer un juego es como hacer una pequeña representación que culmina con el clímax del efecto.
Puedes inventarte una historia —que sea corta— o seguir las indicaciones de presentación que vienen con casi todos los juegos. Aún así no sigas al pié de la letra las charlas propuestas. Sé creativo, es más divertido y, al final, el juego será más tuyo. En cualquier caso, no pierdas de vista que tu objetivo principal es el impacto mágico. Si te enzarzas tanto en la presentación o en la historia que te olvidas de como se hace el juego y te pillan el truco, pues entonces, como dicen los sajones has hecho más grande el porche que la casa. Ensaya, a ser posible, en voz alta —para tener experiencia con la voz— el juego mientras lo realizas técnicamente.
Con tres o cuatro veces que lo hagas, para poder pasar a la siguiente fase, suele ser suficiente. Y si tienes una grabadora, grábate. Es sorprendente ver como mejora la charla cada vez que la haces delante del magnetófono y luego la escuchas.
Estas dos fases, en un juego que sea completamente automático o de técnica muy fácil te puede llevar como una hora antes de..
3.- Fase de prueba
En esta fase probamos el juego con alguien con el que tengamos mucha confianza y al que pedimos que, si por casualidad, se nos ve el truco, nos guarden el secreto. Tu mujer, tu novia, un hermano o un amigo íntimo suelen ser los mejores candidatos.
Trata de hacerlo lo mejor que puedas aunque lo más probable es que, por muy ensayado que lo tengas haya fallos de mayor o menor envergadura.
4.- Fase de presentación o ejecución
Una vez que hayas pasado esta prueba de fuego, entonces ya estás listo para realizarlo delante de familiares, amigos, colegas, ligues y público en general. Cuantas más veces lo hagas —por supuesto, a diferentes personas— mejor te saldrá, la charla será mucho más fluida y sabrás en que partes del juego hacer más hincapié para que la magia sea más potente.
Y recuerda, siempre sigue las tres reglas del mago: https://armandodemiguel.es/?p=1996
Y, ahora, que sé que puedes… una más:
Sé creativo con tus charlas y trata de mejorar los juegos con variaciones siempre que puedas. Es mucho más divertido hacerlos si los sientes como algo tuyo