A todos nos ha pasado que…
acabas de leer un juego de magia en un libro o que acabas abrir ese fantástico juego que acabas de comprar en una tienda de magia. Lo primero que intentas es hacerlo sin leer las instrucciones. Unas veces puedes y otras no.
Vamos a suponer que, por una vez, has conseguido sujetar tus ansias de acción y tras un esfuerzo sobrehumano, consigues leer las instrucciones hasta el final. Resulta que es uno de esos juegos que son prácticamente automáticos y crees que ya sabes hacerlo. Sin tan siquiera haberlo probado te lanzas hacia tu mujer y tratas de hacérselo.
—María, —le dices— voy a hacerte este juego. Tu mujer, resignada, te mira fijamente y comienzas… sin embargo, siempre, por h o por b, hay algún fallo. Créeme. O bien olvidas una de las fases del juego. O, en el momento de accionar la trampa no la ves o, en fin, un montón de imponderables. Y acabas fallando miserablemente. Con un poco de suerte, el juego no te sale, pero no se ve el truco. Tratas de que una moneda atraviese, por ejemplo, la mesa y, nada que no hay manera, no atraviesa.
En el peor de los casos, tu mujer te pilla el truco y tú, desesperado por haber quitado el pan de la boca a tantos y tantos hijos de magos que viven actualmente de hacer ese juego —porque es el único que se saben— decides tirarte al paso del metro.
Bueno, en serio, vamos que quedas chafado y, lo peor para ti, es que ya no le puedes hacer ese juego más a tu mujer ni tampoco hacer ese juego a otras personas , si ella está presente. Porque es una «bocachancla» y, sobre todo, si acabáis de tener una discusión.
Bien, has aprendido la lección por el lado duro y decides que ese no es el sistema.
Estás de suerte, en este blog encontrás un método probado de como ensayar los efectos de magia.
En primer lugar, te diré que los magos ensayan la parte técnica delante de un espejo hasta que sale perfecta. Luego, en una segunda fase, se ensaya el juego pero sin espejo. Esto evita que cuando hagas el juego lo hagas con los brazos pegados al cuerpo, para “no salirte del espejo”. Inconscientemente te pones los límites del espejo… ¡aunque no tengas espejo y estés actuando delante de tus amigos!
Así que, busca un espejo que puedas colocar sobre tu mesa para ver lo que haces. Aunque el juego sea automático no está de más que comiences a acostumbrarte a ensayar delante del espejo.
Y ahora, una vez con el espejo, vayamos al método en sí…