¿Pero quién es este sujeto?

 Nací sin mayores dificultades, que yo recuerde,  y me desempeñé razonablemente bien en mi primer examen en la vida: el test de Apgar.  Queda claro, por tanto, que lo mío no es de nacimiento.

Pasé toda mi infancia permanentemente aburrido, hasta que, de repente, un día cayó en mis manos un libro de magia.

En realidad, cayeron dos: uno de ilusionismo (o magia blanca) y otro de magia negra. El libro de ilusionismo me fascinó y aunque era un libro que desvelaba los trucos y no enseñaba a hacerlos, quedé pasmado ante tal derroche de ingenio humano. Desde entonces, la magia ha sido una constante permanente en mi vida.

El otro libro, el de magia negra, tras echarle un vistazo y lanzar dos conjuros o tres —que no funcionaron— pasó a ocupar un lugar muy importante en mi habitación. Sirvió para equilibrar mi mesilla, cuya pata cojeaba desde algún tiempo atrás.

Soy mago profesional desde 1980 y  en estos últimos años me dedico principalmente a mis actuaciones, a dar clases de magia y a cuidar de Julieta, mi hija de 15 años. Aunque hay discrepancias, eso sí, al respecto de quién cuida a quién y también sobre quién obedece a quién.

Llevo escribiendo acerca del arte de la magia desde 1985: artículos, reseñas, libros… De entre estos últimos podríamos destacar: Bululumagia (1985 y 1986), El discurso con método (2012), Monedas Blandas (2015 y 2019), Curso progresivo de iniciación a la magia (2016 y 2019) y Magia de escenario, manual de supervivencia (2017).

Tengo otros intereses en la vida además de la magia y, por supuesto, ideas y opiniones sobre casi todo —como buen españolito— y también, como tal, tengo unas cuantas ideas sobre como arreglar el mundo.

La humanidad, por otro lado, tiene la inmensa suerte de que es extremadamente improbable que las pueda poner en práctica algún día.

Con todo este bagaje personal y la ilusión del principiante —que no me ha abandonado en estos 50 años de carrera profesional—, es mi deseo que te resulte interesante y divertido, todo lo que puedas ver por aquí…

¡Salud, compañero!